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jueves, 28 de enero de 2010

Reflexión: ¿PORQUE ME LLAMAN ESPIRITA?

pensar2 ¿Porqué me llaman Espírita?, título vanidoso sería el mencionado, pues ¡qué difícil es ser Espírita!. Seguir las enseñanzas del maestro Jesús, significa una verdadera vocación, de mucho sacrificio, por el encuentro con la verdad en este transitorio mundo terrenal, aspiración que pocos encarnados la consideran posible, pero que tiene como objetivo el perfeccionamiento y el desarrollo en esta etapa del Espíritu.

A lo largo de mi existencia, siempre busqué un adecuado acercamiento con las realidades, ansioso trabajé por el encuentro de la verdad, profesé varias filosofías que se proyectaban a una mejora de la humanidad y que respondían a justas aspiraciones de las inquietudes inteligentes que todo ser humano las tiene, empero cuando se las va conociendo y estudiando, faltan las respuestas que puedan darnos.

Claro está, que el nivel del comportamiento humano va mejorando, con el conocimiento de nuevas formas de mirar este mundo terreno, pero recalco, el comportamiento humano, y que no es otro que una manifestación igual del componente material, sigue el supuesto perfeccionamiento, que puede llegar a conseguir una cima pero que deja un espacio vacío cuando entendemos que tenemos algo más que la materia, y que es la existencia de una realidad espiritual. Poco se ha hecho por descubrir en primer término esa existencia, siempre estamos confundidos con el pensamiento, entendiéndole a este como un epifenómeno de la materia y hasta allí llegamos y no desmenuzamos tal situación que resulta un engaño, ya que el Espíritu es algo distinto a la materia, ya que tiene una existencia propia y una connotación y trato singularizado que sobrepasa al conocimiento.

Me pregunto algunas veces, ¿que he conseguido con una mejora material dentro de una escala humana?, cuando ni siquiera me he preocupado de ese factor integrante de la persona, el Espíritu.

No me atrevo a llamarme Espírita, mejor dejo que los demás vean en mi a un Espírita ¿y eso porqué? Porque falta mucho camino que recorrer y estudiar para poder serlo.

Parece que lo antes dicho, refleja un concepto esotérico…, el de Espírita. Por ello voy a clarificar mi concepto.

Para mí, el Espírita en primer término es aquel que cree esencialmente en la existencia de los Espíritus y en la existencia de su propio Espíritu y pretende seguir o adherirse a las enseñanzas del Espiritismo, mismas que se encuentran contenidas en los Evangelios de Jesús y en los mensajes que sobre él nos han dado los Espíritus y que están recopilados en los trabajos y libros generados por el codificador Allan Kardec.

Espírita no solo es el que conoce de aquello, sino quien de su vida hace un testimonio de ello. ¿Y esto para que?. Para cumplir con una obligación existencial, cual es la del desarrollo y avance en el sendero de enseñanza y perfeccionamiento espiritual, proyectado al cumplimiento de una misión en la tierra para escalar en otras vidas por el camino del perfeccionamiento.

De lo dicho, cuan duro resulta autodenominarse Espírita, faltando a la humildad y acrecentando el orgullo, de ahí, que yo prefiero que mis hermanos sean los que califiquen mis méritos y gracias a su benevolencia, me llamen Espírita.

Por Manuel Torres.
Centro de Estudios Espíritas Allan Kardec Quito - Ecuador