COMUNICACIONES CON LOS ESPÍRITUS
En los últimos años se ha vuelto un tema de común comentario, todo aquello que se atribuye a fenómenos poco conocidos y los cuales rondan diversidad de apreciaciones, que van desde lo más absurdo hasta lo misterioso.
El solo comentar sobre la existencia o fantasía de los espíritus conlleva la toma de posiciones que caen en el ámbito de lo religioso, algo filosófico, mítico o idealista, pero lo verdadero es que este hecho enfocado desde distintos miramientos se da. Por ello creo que es conveniente presentar algunas aclaraciones que permitan tener una visión más técnica, filosófica y moral en relación con la comunicación con los Espíritus.
El aparecimiento de Espíritus y su comunicación con el mundo terrenal data desde la noche de los tiempos. ¿Quién no ha escuchado o tenido experiencias de presencias, o mensajes provenientes de otros planos que hasta el momento nos son desconocidos?. ¿Quién en su entorno familiar o laboral no ha tenido información sobre hechos que se quedan al margen de lo racional y que han sido atribuidos a entes, espíritus, almas, aparecidos y otras formas?.
La existencia de los Espíritus, dentro de la Doctrina Espírita o Espiritismo es incuestionable y tiene su argumentación de soporte en el campo filosófico, moral y científico. Verdad es que en la Doctrina Espírita se conoce sobre el estudio de los Espíritus y sus distintas manifestaciones con los hombres, en ella se explica al detalle bajo el enfoque de los campos indicados, todo aquello que guarda relación con el mundo espiritual.
Dentro del Espiritismo sí se considera, la práctica de comunicaciones con el mundo espiritual pero bajo condicionamientos especiales que hacen la diferencia de las comunicaciones que se presentan en otros ámbitos. En el Espiritismo el contacto está orientado exclusivamente al trato con Espíritus superiores; poniendo la mediumnidad al servicio de la espiritualidad; sin invocación dirigida y provocativa hacia tales o cuales Espíritus sino con la actitud pasiva de captores de los mensajes espirituales; preparando y vigilando la solvencia moral que deba tener el médium; orientando el resultado de la práctica mediumnica hacia el servicio y socorro a los necesitados tanto en su estado de encarnados como de desencarnados; evitando obtener respuestas que no sean en beneficio de la humanidad; y, principalmente siguiendo las directrices de Allan Kardec y de los Espíritus amigos para el desarrollo cuidado que debe tenerse dentro de las reuniones.
Verdad es, que existen comunicaciones con Espíritus fuera de la práctica Espírita kardeciana, cuyos resultados son los que causan publicidad sensacionalista y desmerecen el hecho de la interlocución espiritual. Así, fuera de los lineamientos codificados por Kardec al respecto, toda comunicación es perniciosa y conduce frente al peligro tanto al médium como a su séquito, es algo parecido como poner a un niño de cinco años frente a los ácidos y tubos de ensayo de un laboratorio.
¡ESTIMADO LECTOR QUE EL MAESTRO JESÚS ILUMINE TU ENTENDIMIENTO PARA PODER ESTABLECER LAS DIFERENCIAS.!
Manuel Torres Vasco
CENTRO DE ESTUDIOS ESPIRITAS
ALLAN KARDE QUITO -ECUADOR
